sábado, 13 de noviembre de 2010

El agrandamiento o la reconstrucción de mama con fines reconstructivos o estéticos tiene el Injerto de grasa autóloga sin silicona




Según la Dra. María del Carmen Martínez, el injerto de tejido graso autólogo ofrece ventajas como el hecho de utilizar el tejido graso abdominal para estos fines estéticos, lo que permite un resultado más eficaz y duradero.

Indicó que este procedimiento puede utilizarse en casos de asimetría mamaria, en reconstrucción mamaria en pacientes con Cáncer que fueron sometidas a mastectomía o “cirugía conservadora” (aquella en la que se extrae sólo parte del seno), en enfermedades congénitas como el Síndrome de Poland, en corrección de complicaciones aparecidas luego de un implante mamario y en aumento de mama en mujeres para aquellas que no desean implantes.

Esta alternativa es eficaz, segura y sencilla para los pacientes, aunque también existen restricciones como su viabilidad solo en personas que poseen grasa en exceso en alguna parte del cuerpo, y en el caso del aumento mamario estético el volumen a desear no debe superar los 120 cc. Además, es preferible hacer una inyección gradual de pocas cantidades hasta llegar al volumen deseado.

“Esta técnica consiste en la extracción de tejido graso del abdomen y los muslos de la paciente, conservarlo para preservar las células madre que éste contiene, procesar la grasa extraída mediante un filtro especial para obtener tejido útil y luego inyectar el tejido graso vivo por debajo de la glándula mamaria (no en la glándula mamaria), lo cual ofrece resultados positivos a largo plazo”, añadió Martínez.

Señaló que este novedoso procedimiento, que cuenta con la aprobación de la autoridad sanitaria de Estados Unidos (Food and Drug Administration) y de Europa, es muy prometedora pero de ninguna manera significa el fin de las prótesis mamarias.

Sin embargo, precisó que, al igual que en muchos procedimientos quirúrgicos, el éxito del Injerto de grasa autóloga dependerá en gran parte de la habilidad y conocimiento del especialista así como de las técnicas empleadas.

Además, consideró que el riesgo de las calcificaciones (que podrían confundirse con tumores cancerosos), quistes y otras alteraciones secundarias, pueden detectarse mediante mamografías que deben realizarse un mes después de la intervención, y nuevamente a los seis meses, a fin de evitar las biopsias innecesarias.

“Las técnicas actuales permiten diagnosticar y distinguir las microcalcificaciones ocasionadas por un injerto de grasa o por un Cáncer”, dijo la experta, al precisar que ello demuestra que se ha llegado a un grado de perfeccionamiento de la técnica tanto del injerto de grasa como del diagnóstico y el seguimiento posterior.

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