A principios de este año, más de 190 países acordaron negociar un tratado legalmente vinculante para abordar la contaminación por plásticos, impulsando los esfuerzos de los gobiernos, la industria y las instituciones internacionales para mejorar las tasas de reciclaje de plásticos. La falta de un sistema reconocido para rastrear el origen de los productos plásticos es parte del desafío de gestionar los desechos plásticos. Ahora, los investigadores de las ciencias sociales y químicas han colaborado para resaltar las tecnologías que pueden asociar el plástico con su fabricante original y cómo dichas tecnologías alcanzarán su máximo potencial cuando se incorporen en los marcos de gobernanza para combatir la contaminación plástica.
"Si los plásticos son rastreables de manera simple, los legisladores, en principio, podrán devolver la responsabilidad al productor inicial o, de hecho, a cualquier actor en la cadena de uso posterior"para “Asignar la responsabilidad a los productores y otros actores permitirá a los legisladores responsabilizarlos por la contaminación que causan sus productos, de manera similar a otros esquemas de recuperación al final de su vida útil”.
Barner-Kowollik y sus colegas proponen que regular los plásticos con etiquetas químicas basadas en polímeros de secuencia definida es una forma de resolver el anonimato de la trazabilidad de los plásticos. Por ejemplo, los polímeros de secuencia definida pueden identificar el tipo de plástico, así como los aditivos utilizados en su proceso de fabricación. Los polímeros definidos por secuencia también pueden documentar qué porcentaje de plástico reciclado se incorporó a un producto. Por lo tanto, los reguladores podrían usar dicha información para evaluar la efectividad de los estándares de diseño y garantizar que esos estándares cumplan con las políticas obligatorias establecidas por legisladores como la UE.
“Al proporcionar información sobre el origen, los tipos y la cantidad de plásticos que se recolectan o se encuentran en el medio ambiente, las tecnologías de rastreo facilitarían en gran medida la implementación de esquemas de responsabilidad extendida del productor. Esto alentaría la inversión en infraestructura para la recolección y el procesamiento de desechos, al mismo tiempo que se combaten los flujos de desechos ilegales”, dice Antoine Buchard, de la Universidad de Bath, Reino Unido, que investiga la catálisis y la síntesis de polímeros sostenibles.
Barner-Kowollik dice que un gran desafío es evitar que los actores malintencionados identifiquen posibles lagunas. "Un enfoque internacional cuidadoso y coordinado es esencial, pero establecerlo requerirá una investigación inicial cuidadosa sobre los principios de gobernanza internacional que sustentan y los enfoques coordinados posteriores para la implementación". Mientras que Buchard destaca que los gobiernos deben identificar "qué etapa de la vida plástica incorporar estas tecnologías, a quién repercutir el coste ya quién poner la responsabilidad de los plásticos'.
Barner-Kowollik espera que la propuesta del equipo inicie debates, no solo sobre la trazabilidad y la gobernanza de los plásticos, sino más ampliamente sobre la necesidad de una colaboración más estrecha entre las ciencias sociales y naturales.
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