“Es una solución doméstica, esta tecnología no es que lo hayamos inventado nosotros, sino que la innovación es cambiar el esquema de cómo producir agua de manera simple para llevarla a zonas remotas y costo social de poco más de 300 dólares”, dijo a Efe el director ejecutivo y uno de los inventores de FreshWater, Héctor Pino.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un total de 748 millones de personas no tienen acceso a agua potable de forma sostenida en el mundo y unos 1.800 millones más usan una fuente que está contaminada con heces.
“Creemos que FreshWater es una solución válida, efectiva y rápida que acaba con los paradigmas de cómo entregar agua, porque todo el mundo piensa en grandes soluciones como plantas desalinizadoras o embalses, y resulta que se han gastado miles de millones de pesos y todavía están con los mismos problemas”, aseguró Pino de profesión ingeniero forestal.
FreshWater simula el ciclo natural del agua, el sistema captura las partículas de agua que se encuentran en la humedad relativa, forma una nube por condensación y esa nube hace llover, el mismo efecto de un río.
“Luego pasa por un proceso de filtración, purificación y esterilización obteniendo entre 9 y 28 litros de agua diariamente sin sodio, sin fluoruro, sin minerales pesados, químicos o conservantes”, detalló.
El dispositivo funciona al conectarlo a una fuente eléctrica de 220 voltios, o bien, a través de su propia batería o fuente solar y a medida que se va consumiendo el agua, el sistema se va llenando nuevamente.
Los impulsores de este proyecto, además de Héctor Pino, son Alberto González, diseñador industrial con experiencia en proyectos aeronáuticos, y Carlos Blamey, ingeniero experto en submarinos y tecnología militar.
El tipo de tecnología que modifica el nuevo invento se usa principalmente en prototipos de origen militar, pero a costos que podrían superar los cinco mil dólares y desde ahí surge la idea de realizarlos a bajo costo.
El prototipo ya ha sido probado en varias zonas remotas
En la comuna de San Pedro de Atacama, situada en uno de los desiertos más áridos del planeta, esta máquina logró generar cerca de 9 litros diarios de agua pura con una humedad relativa de entre 25 a 30%.
La efectividad de esta iniciativa la ha hecho merecedora del Start-Up Chile 2014, un programa de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) para incentivar el emprendimiento, y en enero de 2015 se adjudicó otro programa de la Fundación Chile.
A pesar de esto, el proyecto “necesita recursos para manufacturar una cierta cantidad de máquinas en Chile, para luego poder entregarlas cuando las vayan solicitando en otros lugares”, explicó Héctor Pino.
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