La silicona es uno de los materiales más habituales en la mayoría de tareas de bricolaje, en gran parte debido a su aplicación de lo más práctica, que consigue fijar sobre una superficie casi cualquier elemento. Un material que siempre es conveniente tener en la caja de herramientas de cualquier hogar, además su facilidad de manejo hace posible que incluso los menos habilidosos puedan utilizarlo con gran destreza.
En cualquier caso es aconsejable disponer de unos conocimientos previos, en función del tipo de material que trabajemos y la finalidad de nuestra tarea de bricolaje. Aplicar la silicona es tan sencillo como seguir las instrucciones del fabricante en cuestión y distribuir de una manera uniforme el producto sobre la superficie en cuestión, pero sin excederse en la cantidad. Aunque de todos modos te aconsejo que apliques una tira entera del producto de una sola vez, ejerciendo cierta presión sobre el gatillo de la pistola por toda la superficie.
Mientras que si por el contrario lo que queremos es retirar trozos de silicona que todavía permanecen en un objeto o mueble viejos y que estamos intentando reparar, la cosa se complica un poco. Si el material es plano y no queremos que se produzcan marcas tendremos que utilizar un rascador para limpiar esta zona, y además deberemos hacerlo de manera suave y presionando ligeramente. Para el resto de superficies más resistentes y duras podemos recurrir a una solución que contenga 50% de acetona y éter.
Como seguro que te has dado cuenta utilizar la pistola de silicona no tiene ningún secreto, el único inconveniente es retirar el producto cuando las superficies son delicadas y no pueden rasparse, es en estos casos cuando deberás tener más cuidado. Por el resto de tareas no tienes de qué preocuparte, ya que posiblemente se trate de una de las tareas de bricolaje más sencillas de todas, tan sólo necesitas adquirir un producto de calidad y confiar en tus capacidades.