Se excitan, se mueven y besan, pero no hablan: llegaron las muñecas de silicona en tamaño normal "casi" perfectas http://thechemistrysideoftheforce.blogspot.com/

La nueva camada de niñas de siliconas viene desde Asia como Grupo de geishas,de la foto. Doctor Adrián Sapetti Director del Centro Médico de Sexología y Psiquiatría "De la manera que sea, el ser humano siempre trató de buscar diferentes formas de satisfacción sexual. En este caso, el de las muñecas inflables, el fenómeno tiene que ver con cuestiones básicamente narcisistas. Hacer el amor con una muñeca es una especie de masturbación de lujo o algo similar a hacerlo con un espejo", comenta el reconocido sexólogo. Y Por qué tener una chica de caucho? ... sigue sugiriendo causas: "Si bien no podemos hablar de patología grave, sí podemos decir que es probable que esta clase de personas le tenga fobia a las relaciones interpersonales. No sería raro que se vieran intimidados por la mujer real y toda la vida que ella podría ofrecerle: convivencia, paternidad, familia...", agrega el especialista. En cuanto a las características de esta clase de consumidores, Sapetti se explaya: "Con esta mujer soñada, ellos se sienten Maradona y Gardel juntos. No tienen riesgo de embarazarla ni de ser contagiados por ninguna enfermedad", dice. Y agrega: "Son personas que viven en soledad. Algunos, muy pocos, están casados. En definitiva, el mayor inconveniente sólo se plantearía en caso de que elijan a la muñeca por sobre la mujer", explica el sexólogo, que también es médico psiquiatra. Atracción fatal en agosto del año 2003, un desocupado brasileño asesinó a sus padres porque le rompieron su muñeca inflable. El hombre, de 44 años, convivía con su chica plástica y la trataba con cariño delante de sus progenitores . Un inventor alemán sostiene que ha creado la muñeca sexual más sofisticada del mundo: se mueve, jadea, le late el corazón y tiene los pies fríos. El mecánico aeronáutico Michael Harriman de Nuremberg, Alemania, dice haber creado la "muñeca inflable" más realista de la historia. Durante el acto sexual jadea, su corazón late más fuerte y aumenta su temperatura corporal, excepto por sus pies que permanecen fríos "como en la vida real". Según este entusiasta creador del androide sexual, sus muñecas "son casi imposibles de distinguir de una mujer real, pero estoy todavía trabajando en algunas mejoras y sólo estaré satisfecho cuando sea mejor que una mujer real". Algunas de estas mujeres robot ya se han vendido: el modelo básico cuesta cerca de ocho mil dólares y el precio aumenta si el cliente solicita algún extra como senos gigantes. Bajo una piel de silicona (igual a la que se utiliza en la cirugía plástica) el esqueleto del robot puede mover la cadera y la pelvis de la dama artificial en movimientos sugestivos que se dirigen por control remoto. Son muy dóciles, carísimas y lindas (o, al menos, muy parecidas a las muñecas de carne y hueso). En Japón se venden sin descanso. Aquí, se importan por encargo. -------------------------------------------------------------------------------- Lorena Bassani. De la Redacción de Clarín.com lbassanitv@claringlobal.com.ar Estas mujeres robóticas tienen nombres y se llama Amanda, pesa 54 kilos, tiene cabello castaño, ojos color café y una piel muy, pero muy suave. Muchos dicen que es la mujer ideal: casi perfecta, besa como los dioses, cumple con los deseos de su "amado"... y no habla: Amanda es una muñeca, digna representante del último invento "high-tech" creado para la satisfacción masculina (y femenina, ¿por qué no?). Aunque ella, como sus variadas y sintéticas amigas, cuesta más de 6 mil dólares, la demanda de sus favores está creciendo a pasos agigantados. En los últimos años, se convirtieron en el producto top de las ventas en sex shops y sitios de "juguetes" japoneses y, según sus importadores, ya son más de 500 los argentinos que tienen la suya propia. El mundo de las verdaderas mujeres objeto Desde hace diez años, Japón es el principal productor de muñecas sexuales hechas a imagen y semejanza de las mujeres reales. A pesar del extraordinariamente alto costo de sus productos ( 5.700 dólares o más), algunas empresas fabricantes de muñecas inflables, como, por ejemplo, Oriental Industries y Doll No Mori, multiplicaron por veinte sus ingresos en los últimos cinco años. Tal es la aceptación que las "nenas" que los nipones ya las apodaron "Dutch wives" (esposas holandesas), en alusión a la similitud estética que las emparenta con sus colegas de carne y hueso, siempre expuestas en las vidrieras de Ámsterdam. Desde 1996, la norteamericana Abyss Creations lidera el negocio de las ninfas de silicona, que se han ido perfeccionando tecnológicamente para mejorar su relación con los apasionados clientes de la marca. "La mayoría de las muñecas que se vieron hasta ahora eran inflables y de vinilo. Pero no esperen ver eso aquí", explican los responsables de la página en su bienvenida. Entre las últimas innovaciones, las nuevas muñecas se pueden armar a gusto del consumidor. Existen cinco tipos de cuerpos diferentes, que van desde los 40 a los 54 kilos, de 1.55 a 1.80 metros de estatura, con cinturas que oscilan entre los 55 y los 66 centímetros, caderas de 86 a 91 centímetros y bustos chicos, medianos o gigantes. La pelvis tambien es opcional: vello natural o cavado, lacio o enrulado, rubio o morocho... Y aunque tienen sus envases (que son tan grandes como un ataúd), también "cobran vida": tienen sensores en los pechos que responden a estímulos verbales, son capaces de succionar, imitar una respiración agitada y hasta humectarse. Ellos las prefieren calladas y hacerlas de goma El hombre usa complementos sexuales desde hace unos dos mil quinientos años. Los antiguos egipcios fabricaban consoladores y los romanos fabricaban velas con forma de pene para autosatisfacerse. En cuanto a las muñecas, primero se utilizaron las fabricadas con tejido de paja, (mucho) tiempo después llegaron las chicas de plástico, más tarde las de látex, y ahora se desató el reinado de las nuevas e increíbles diosas de silicona. Desde el centro de marketing de Orient, la fábrica nipona, son categóricos: "Muchos de nuestros clientes las prefieren de siliconas porque no hablan y permiten satisfacer todo tipo de fantasías; otros las usan porque temen contraer enfermedades de transmisión sexual", aseguran. Claro que no sólo hay quienes las consumen para su gratificación sexual. Se sabe que hay quienes las visten, las maquillan y hasta las sacan a pasear en sus modernos autos. Sea para el uso que sea, su demanda no decae. "Cuando abrimos el negocio, teníamos menos de veinte clientes al mes. Ahora, son más de ciento cincuenta", dicen desde la empresa asiática que, hoy por hoy, ya cuenta con más de 40 locales repartidos por todo el país con volúmenes de ventas mensuales que van de los 300 mil y a los 3 millones de yenes. Desde atrás del mostrador de un sex shop argentino, un vendedor explica el furor en versión local: "Están los clientes que tienen fijaciones mentales con estos objetos, que "visitan" las nuevas muñecas que traemos y hasta piden besarlas", comenta. Las chicas materiales en Argentina Ya globalizado, este fenómeno está empezando de a poco a entrar en la Argentina. En los sex shops porteños, por ejemplo, hay clientes para todos los gustos, incluidos los turistas. "Se encuentran solos, pero siguen teniendo deseos sexuales, así que compran estas falsas mujeres para que los acompañen", comenta Gustavo Vidal, responsable de Extasy, una cadena de sex shops que tiene sucursales en todo el país. "En una oportunidad, un cliente pidió observar el producto (la muñeca) y, cuando se lo mostraron, se abalanzó sobre la muñeca para manosearla", agrega otro de los vendedores. El aumento de las ventas justifica la palabra moda: "Estamos importando más de cien unidades por año", aseguran desde el local. "En América Latina, es mucho más fácil tener una relación casual. En cambio, en el mundo, las sociedades son más solitarias, los hombres viven más solos y tienen más temor al contagio de enfermedades que aquí", comenta Vidal. Entonces, ¿por qué aumentan las ventas de estos productos también en la Argentina o Brasil? "Porque todo lo que provenga de los países desarrollados nos llama la atención", arriesga el experto. Entre risas, también repara en otras razones: "Además, a las muñecas no le gustan las joyas, no usan tarjetas de crédito y siempre están dispuestas a todo...", sobreteoriza Vidal. ¿Vale la pena la inversión? Muchos creen que sí... "Al menos, a ellas nunca les duele la cabeza...", dicen. ventas mundiales a Fabricantes en15 dias www.PinSource.com