El dispensador se convierte en cable eléctrico para estos nuevos vehículos que sólo necesitan un punto de luz para cargar su batería. daniel acker
El coche eléctrico es el futuro, y se terminará imponiendo, como señalan los fabricantes y el ministro de Industria, Miguel Sebastián. Lo que ya no está tan claro es el tiempo que deberá pasar hasta que se haga un hueco razonable en el débil mercado de la automoción. Las dudas están en la cabeza de los conductores, que no lo terminan de ver claro. Una encuesta realizada por Accenture a 7.000 personas de 13 países trata de poner en orden esas dudas que provocan recelo a la hora de adquirir un coche eléctrico, cuando el 60% reconocen que estarían dispuestos a comprarlo. De ellos, un 68% dice que durante los próximos tres años.
El estudio "Vehículos eléctricos: cambiando percepciones y minimizando riesgos", evidencia que la mayoría de los encuestados ponen reparos sobre la desconfianza respecto a los sistemas de carga de energía
Al 85 % de los encuestados les preocupa, sobre todo, en la insuficiente de la autonomía de la batería para cubrir las necesidades diarias. Ocho de cada diez cuestionan la disponibilidad de puntos de carga, mientras que siete de cada diez considera que los tiempos de carga de los coches exclusivamente eléctricos es muy largo.
De hecho, más de la mitad de de los conductores quiere que estos nuevos coches gocen de una autonomía de más de 400 km, si bien el 51% reconoce que usa el coche menos de 40 kilómetros diarios. También algo más de la mitad, el 53%, de los entrevistados considera que una autonomía de carga equivalente a la del depósito lleno de un vehículo convencional sería un gran impulso a la hora de renovar su coche. Estas preferencias de los consumidores suponen un importante desafío para las compañías eléctricas, al incrementar los costes y la complejidad de la gestión de la red y las infraestructuras de carga de energía.
El estudio también aporta una cuestión que compete a las compañías eléctricas y a los proveedores del servicio de carga, ya que siete de cada diez conductores se decantaría por adquirir vehículos híbridos enchufables, que funcionen también en gasolina o diesel cuando la batería está bajando. Las razones que alegan son la dificultad y la incertidumbre sobre cómo será el modelo de gestión de los puntos de carga eléctricos.
Coches más baratos
El precio también influye en el recelo de la sociedad a la hora de adquirir este tipo de coches. La mitad de los consumidores lo compraría si el precio final fuera menor al de un vehículo convencional. Otro condicionante que influiría en la decisión de la compra final es la fuente de electricidad. Y es que para los conductores no vale cualquier tipo de energía para obtener electricidad. El 85% desearía que la fuente fuese renovable. La electricidad generada por combustible nuclear o fósil desalentaría a un 48% y 51% respectivamente.
Por otra parte, un informe de la consultora DBK indica que en 2014 ya podrían estar rodando por las ciudades y carreteras españolas alrededor de 50.000 vehículos eléctricos, entre turismos (5%) y vehículos comerciales (95%). A partir de ese momento, el crecimiento moderado de ventas despegaría de forma progresiva hasta alcanzar las 600.000 unidades en el año 2020.
Cuatrocientas unidades en 2010
Las estimaciones del estudio indican que en el caso de España, que actualmente se encuentra en la fase de "introducción de su ciclo de vida", dado que en 2010 sólo se vendieron 400 unidades, la explosión podría llegar dentro de unos cuatro años, animada por el lanzamiento de los nuevos modelos. Por su parte, los grandes fabricantes de vehículos se apresuran para tener sus modelos eléctricos listos en los concesionarios para cuando el público decida dar el paso y adquirir el coche del futuro.
Renault y Nissan pretenden poner en circulación millón y medio de coches eléctricos de aquí a 2016. Por su parte, Ghost, además de sus cuatro modelos eléctricos ya presentados, añadirá a su oferta alguno más.
También Opel ha puesto toda su confianza en otro modelo eléctrico, el Ampera, que llegará a los concesionarios el próximo año. Toyota, pionera con el Prius, ha anunciado doce nuevos modelos eléctricos durante el próximo lustro. Honda, por su parte, continúa apostando por los híbridos, sobre los que centrará su investigación.
Ford también ha dado sus pasos y ha anunciado para 2012 modelos totalmente eléctricos sobre la base del Focus y el C-Max y un híbrido enchufable también sobre la base del C-Max. Y tampoco se han quedado atrás marcas como BMW, Audi o Daimler.
Chinos, italianos y españoles (77%) son los más entusiastas a la hora de comprar un vehículo eléctrico. Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Japón muestran menor interés en la sustitución de los vehículos convencionales por coches enchufables.
Renault, uno de los fabricantes que más está apostando por los vehículos eléctricos, tratará de hacerse un hueco en el mercado facilitando un paquete al comprar uno de sus modelo eléctricos, que incluiría el alquiler de coches tradicionales de combustión durante varios días, que el cliente pudiera utilizar durante los viajes de medio y largo recorrido.
La adaptación a los sistemas eléctricos desafía a los talleres
Se calcula que en 2010 más de tres millones de vehículos funcionarán totalmente con electricidad. Así lo demuestra un estudio realizado por Gt Motive, una empresa de posventa de automóvil. Este proceso de cambio será lento y algo costoso, sobre todo para los pequeños talleres. Su principal desafío consistirá en garantizar la seguridad tanto para los conductores como para los mecánicos. La manipulación de baterías de en torno a 400 vatios resultará más arriesgada, ya que una mala gestión podría provocar una descarga mortal. La indumentaria del mecánico cambiará ligeramente. Trajes especiales, voltímetros, alfombrillas y herramientas aislantes formarán parte de la nueva equipación.
Todo ello, implicará una necesidad de adaptabilidad de los trabajadores a los nuevos medios electrónicos, que requerirá una mayor preparación del personal.
Otro desafío, en este caso económico, está dirigido a los usuarios. Según el estudio, el precio medio por reparación se incrementará entre 6 y 10 euros. En este proceso hacia la sostenibilidad se incluye la adaptación a la normativa medioambiental que exige la desaparición paulatina de pinturas con base disolvente y el uso exclusivo de pinturas en base agua.
Gt Motive constata que el próximo año de los 82 millones de vehículos que se fabrican anualmente sólo trescientos mil serán eléctricos, pero un millón doscientos mil serán híbridos. En cuanto al cambio progresivo de sistema, el responsable de marketing de Gt Motive, Miguel Sánchez, hace hincapié en que la adaptación a la tecnología ecológica es necesaria, pero que traerá consigo un gran esfuerzo tanto para los talleres como para los propios usuarios.
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