Chevrolet lanzará al
mercado español el próximo enero el Volt, una berlina compacta 100%
eléctrica pero sin las limitaciones propias de un coche de este tipo de
quedarse tirado sin electricidad. Es, por ello, el coche eléctrico perfecto que hemos podido conducir por carreteras suizas. En unos meses llegará el coche del futuro.
Tengo
que reconocer que les he hablado muchas veces del Chevrolet Volt y de
su hermano el Opel Ampera, pero siempre lo he hecho en base a las
informaciones facilitadas por la marca y analizando los posibles
resultados, pero en esta ocasión les hablo después de haber recorrido más de 150 kilómetros con el coche por carreteras normales abiertas al tráfico rodado.
El
resultado de este primer contacto ha sido perfecto y me ha demostrado
que lo que les he contado en ocasiones anteriores era rigurosamente
cierto y que el coche supone un notable paso adelante del automóvil de
cara al futuro.
El
concepto básico es que el Volt incorpora un motor eléctrico que es el
encargado de mover el vehículo en todo momento. Y por ello es 100% eléctrico.
Pero delante lleva un motor de gasolina de 1.4 litros cuya única
función es producir electricidad cuando la carga de las baterías de
agota. Pero en ningún momento ese motor de gasolina puede mover el
coche, porque no tiene ninguna transmisión que le una con las ruedas.
Este concepto tan simple permite conducir sin limitaciones de autonomía
un coche eléctrico, enchufable en una toma de corriente normal, y
pudiendo hacer unos 70 kilómetros con sus baterías cargadas. El coche se
conduce exactamente igual que un coche eléctrico, con cero emisiones en
su utilización. Lo que le hace diferente es que en el momento que se
agotan las baterías, justo cuando con cualquier otro eléctrico
estaríamos “perdidos”, con
el coche parado y buscando una grúa, en este caso se pone en marcha el
motor de gasolina de manera totalmente automática y podemos seguir
adelante.
En
este modo de utilización iremos gastando gasolina, emitiendo algo de
CO2, pero podremos seguir funcionando durante unos 450 kilómetros,
gracias a la gasolina del depósito. Es lo que les decía al principio, un
coche 100% eléctrico pero sin la limitación de un coche eléctrico.
O dicho de otra forma, es un coche eléctrico pero sin que su conductor
tenga la tensión o la ansiedad permanente de saber si llegará o no al
lugar de destino donde tiene su enchufe. De verdad que es una sensación
muy gratificante, la de circular sin emitir CO2, sabiendo que además no
nos quedaremos tirados sin electricidad.
Pero
déjenme que les cuente esta toma de contacto, una de las más
interesantes que he hecho en muchos años. En el mismo aeropuerto de
Berna, en Suiza, nos sentamos al volante del Volt. Sorprende el acabado bicolor
del interior, con parte del salpicadero y la consola central en color
blanco. Y de los asientos, igualmente en un tono bicolor en negro y
blanco. Llamativo.
En dicha consola encontramos el botón “power” para ponerlo en marcha,
aunque por supuesto no hay ningún ruido y solo el cuadro de
instrumentos encendido nos indica que está en funcionamiento. Palanca de
cambios en D y ya estamos rodando, sin ruidos.
Hay
que salir despacio, sobre todo porque hay personas andando por la calle
y no se dan cuenta de que llega un coche. Acelerar, frenar, la conducción es muy sencilla en
todo momento y permite circular con agilidad. La velocidad máxima está
limitada en 161 km/h, una velocidad que no he llegado a alcanzar porque
las carreteras suizas están plagadas de radares, pero su agilidad
demuestra que puede alcanzar esa velocidad sin problemas.
Tenía
interés en ver el momento en el que empezaba a funcionar con el motor
de gasolina y por eso hice los primeros kilómetros, con las baterías,
rápido. Poco a poco el indicador de carga de la batería del lado
izquierdo del cuadro de instrumentos iba bajando hasta que llegó a su
límite. Fueron 72 kilómetros y en ese momento solo un
ligero aumento del ruido, de verdad muy pequeño, y el motor de
gasolina empezó a funcionar. Y a partir de entonces estaba conduciendo
un coche eléctrico, pero con la electricidad producida por un motor de gasolina de 86 caballos. Y esta es la gran diferencia entre este vehículo, y su gemelo el Opel Ampera, y el resto de coches eléctricos.
El coche tiene junto a la tecla de power dos teclas interesantes para su funcionamiento. Por un lado una marcada con una hoja
que permite mostrar sobre la pantalla del navegador distintas
informaciones sobre el manejo del coche, el modo de uso, la carga de la
batería disponible, el consumo, etcétera. Y por supuesto el esquema del
flujo de energía.
Y en la parte inferior otra muy importante llamada “mode”. Presionando esta tecla se pueden seleccionar cuatro modos diferentes
de utilización. El primero de todos ellos el normal en el que se
optimiza el uso para conseguir la máxima autonomía. Es el modo que se
debe usar habitualmente.
Luego encontramos el modo sport en el que se penaliza la autonomía a favor de una conducción más rápida y deportiva. El tercer modo es el Mountain que incluye un programa optimizado para subir pendientes sin gastar electricidad en exceso.
Y por último un modo Hold
que permite forzar el funcionamiento del motor de gasolina para usar el
coche y dejar de utilizar la energía de las baterías. Este último tipo
de conducción está pensado para aquellas zonas en las que los vehículos
100% eléctricos y, por ello sin emisiones de CO2, son los únicos
autorizados a circular por zonas concretas de la ciudad.
De
esta forma se hace el recorrido por carretera con el motor de gasolina
en funcionamiento en el modo Hold y cuando se entra en la ciudad se
dispone de una autonomía de unos 70 kilómetros en el modo normal.
Les
hablo de los 70 kilómetros de autonomía en modo eléctrico no ya porque
sea la cifra que anuncia Chevrolet al hablar de este coche (realmente
dice entre 40 y 80 kilómetros) sino porque yo mismo en esta toma de
contacto pude hacer casi 72 kilómetros antes de que el motor de gasolina se pusiera en marcha y empezara a quemar combustible.
La
conducción es exactamente igual que un coche normal con cambio
automático, pero sin la necesidad de que el cambio vaya poniendo una
marcha u otra, sino que en este caso desde el primer momento el coche
acelera con determinación en el momento que su conductor pisa el
acelerador.
Los
distintos modos de utilización del vehículo se pueden ir cambiando en
todo momento con la simple presión sobre el botón “mode”, pero con el
modo normal, sin complicarse más, el vehículo funciona a la perfección y
hace la conducción agradable y muy sencilla.
Quiero
darles algunos datos importantes sobre el Volt y su esquema eléctrico
para que tengan una idea clara de lo que es el coche realmente. Baterías de ion-litio de 16 kWh,
lo que permite una autonomía que la marca anuncia entre 40 y 80
kilómetros. El tiempo de recarga de las baterías es de 3 o 4 horas en un
enchufe normal de una casa.
Un dato importante es que la garantía cubre 8 años o 160.000 kilómetros, mientras que la esperanza de vida según los responsables de la marca es de 10 años o 240.000 kilómetros.
Tiene una potencia de 150 caballos de potencia,
y su par motor es de 370 Nm constantes desde el mismo momento del
arranque. Con ello, el Volt acelera de 0 a 100 km/h en 9 segundos. Pero
lo más interesante es que el Volt tiene en realidad dos motores eléctricos diferentes.
Uno, el de tracción, que funciona desde el momento del arranque y que proporciona capacidad de aceleración, y un segundo motor que entra en acción en tándem
con el primero cuando se circula por carretera a una velocidad alta.
Este sistema de los dos motores funcionando conjuntamente ha permitido
mejorar en más de 3 kilómetros la autonomía.
Otro
tema muy importante, el de sus consumos. El coche, cuando se usa en
modo de autonomía extendida, es decir con el motor de gasolina en
marcha, consume bastante. No he podido hacer mediciones en esta toma de
contacto, pero el depósito es de 35 litros y la propia marca habla de
una autonomía en modo sin baterías de 450 kilómetros, por lo que se
puede hablar de una cifra media de 7,7 litros cada 100 kilómetros. Pero ojo, les repito que esto es cuando se han acabado las baterías.
El Volt es un vehículo compacto, con una longitud de 4,48 metros, pero con un habitáculo configurado para cuatro personas.
El asiento trasero tiene dos plazas y en la zona central encontramos
varios huecos pero esta zona central no es utilizable por una tercera
persona.
Y
en cuanto a su maletero, es algo limitado, porque las baterías de
ion-litio se alojan en la parte inferior del mismo y a lo largo de toda
la parte central del vehículo, por lo que el plano de carga está
bastante alto. Con todo, su capacidad de maletero homologada es de 310 litros, suficiente para este modelo.
Un
tema importante, su precio. Cuando se lance en España, a finales de
enero o principios de febrero, su precio recomendado será de 41.950 euros
con las baterías incluidas, y entre sus opciones un sistema de audio
optimizado que cuesta 250 euros, el navegador por 1.800 euros y la
cámara trasera y el asistente de aparcamiento cuyo precio es de 700
euros.
Mirando al futuro
El coche eléctrico es imprescindible
para que las ciudades sigan siendo habitables en el futuro. Poco a poco
se van a ir introduciendo en el mercado y en el centro de las ciudades
pronto empezará a prohibirse la circulación de los coches que no sean
cero emisiones.
Sin
embargo, las infraestructuras no permiten a día de hoy, y no parece que
esto vaya a cambiar a corto plazo en España con las cuentas como están,
hacer viable el coche eléctrico salvo para casos muy concretos de
utilización.
Por ello, esta alternativa del coche eléctrico de autonomía extendida
que propone el Chevrolet Volt es la solución perfecta a corto y medio
plazo. Además, a su favor esta tecnología de autonomía extendida tiene
otro aspecto muy positivo y es que de forma muy sencilla pronto habrá
varios modelos muy distintos con esta misma tecnología.
El Volt se basa en un chasis que soporta el motor, las baterías instaladas en forma de “T” con
la parte corta de esta letra bajo el maletero y con la parte larga en
el centro del vehículo y el motor de gasolina. Con ello, a esta
carrocería del Volt, a la que ya se ha unido la del Opel Ampera, pronto
se unirán una variante de carrocería coupé firmada por Cadillac, pero
igualmente podrán llegar variantes descapotables, o deportivas, y por
qué no la de un todocamino.
Y otro aspecto muy importante
de cara al futuro. Con esta estructura tan sencilla es fácil instalar
nuevas baterías más eficientes en el futuro y cuando estas sean
suficientes para asegurar la movilidad se podrá eliminar el motor de
gasolina con el ahorro que esto permitirá. La revolución del coche
eléctrico entra en una segunda etapa con este Volt.
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