Los coches
eléctricos son una realidad ya, se pueden conducir y se pueden utilizar
sin problemas. Además, su coste de utilización es muy reducido como ha
demostrado el estudio realizado por Mini en Londres con una flota de 40
vehículos que ya les hemos contado. Pero la realidad es que al coche
eléctrico aún le queda un largo recorrido hasta que se puedan ver por las calles de las ciudades españolas.
Su
utilización es realmente agradable, no hay ruidos, no contamina en lo
que se refiere a su utilización, y su conducción es muy suave y
agradable. Pero tiene muchos peros que todavía no están resueltos, ni tan siquiera en fase de resolución.
El
estudio realizado con el Mini eléctrico demuestra que un coche tiene un
gasto real de utilización de 0,013 céntimos de euro por kilómetro. O lo
que es lo mismo, y utilizando su equivalente de gasolina, su coste de
uso es de menos de un litro por cada 100 kilómetros.
Pero
no hay que olvidar que más del 50% del precio de la gasolina son
impuestos, y si ahora un coche consume de media 6 litros, tres de esos
litros corresponden exclusivamente a impuestos. Y si el eléctrico se generaliza, el coste de utilización será el equivalente a 4 litros por cada 100 kilómetros, uno de coste real y los otros 3 de impuestos.
Además,
hay otro factor importante como es el del precio del coche, muy
superior al de un coche equivalente. Por ejemplo, el Nissan Leaf, el
coche eléctrico más interesante en este momento por ser un compacto real
de cinco plazas, cuesta con todos los descuentos fiscales 29.900 euros.
A un
coche convencional se le puede romper el motor, o la caja de cambios, y
es una reparación costosa, pero las baterías de un coche eléctrico son
todavía mucho más caras. Recientemente el número 1 de Nissan en
Inglaterra, Andy Palmer, explicaba en la revista Auto Express que cada
módulo de la batería cuesta unos 500 euros y que el coche lleva 48 de estos módulos.
Es decir, que una batería completa nueva de un Nissan Leaf cuesta en total 22.000 euros.
Y por el precio de la batería se puede comprar un Volkswagen Golf
Bluemotion nuevo, un vehículo que tiene un consumo homologado de 3,8
litros cada 100 kilómetros.
Además, se calcula que a los cinco años de utilización normal de un coche eléctrico, su pack de baterías pierde al menos un 20%
de su capacidad. Con ello, si la autonomía inicial de un Nissan Leaf es
de 160 kilómetros, después de 5 años le quedarían un máximo de 128 km.
Los
fabricantes apuestan muy fuerte por los coches eléctricos y comienzan a
lanzarlos al mercado, pero aún les queda unos cuantos años antes de que
sean una alternativa real. Las baterías deben evolucionar mucho en los
próximos años, y eso sin mencionar la falta de infraestructuras que
haría que en España un coche eléctrico se pudiera quedar tirado con
frecuencia.
El paso intermedio, y el más razonable al menos a corto y medio plazo, es el híbrido enchufable.
Un coche como el Toyota Prius PHV que se presenta en el Salón de
Francfort en su versión definitiva de producción y para clientes
finales.
Este tipo de vehículos aprovechan todas las ventajas de un coche eléctrico,
la ausencia de ruido y las emisiones muy reducidas en ciudad cuando sus
baterías están cargadas, la posibilidad de enchufarlos en casa y no
tener que repostar en la gasolinera regularmente aprovechando un
repostaje más económico.
Pero
todo ello sin renunciar a autonomía, sin el problema de quedarse tirado
sin baterías, y con un coste de sus baterías mucho más limitado que en
un coche 100% eléctrico por tener menos baterías.
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