La constructora y el fabricante español exploran juntos las oportunidades del proyecto estrella de Industria, que necesitará inversiones en infraestructuras por 8.000 millones.
Los responsables de ACS se marcaron como objetivo, en la última junta general, participar en el desarrollo del coche eléctrico, como una de las patas de crecimiento de su área de servicios industriales, la más importante de la empresa en términos de facturación (5.234 millones de euros hasta septiembre de este año).
La compañía presidida por Florentino Pérez, que es, a través de la filial Cobra, uno de los mayores proveedores e instaladores eléctricos del país, no quiere desperdiciar la oportunidad de negocio y ha iniciado negociaciones con el grupo Seat para colaborar en un proyecto conjunto.
Según fuentes de la filial española del grupo alemán Volkswagen, la colaboración con ACS se enmarca dentro de un nuevo programa del Ministerio de Industria español denominado Cenit Verde, en el que participan también otros proveedores tecnológicos. El Gobierno apoya el desarrollo del coche eléctrico al considerar que se trata de un proyecto de investigación industrial de carácter estratégico para España.
Como la mayoría de fabricantes de coches, Seat tiene planes para desarrollar su propio vehículo eléctrico con el objetivo de comercializarlo masivamente en 2014. Esta nueva tecnología se podría aplicar a los modelos estrella de la marca como el Ibiza y el León. En enero, la filial de Volkswagen presentó su primer prototipo con esta tecnología, el León Twin Drive Ecomotive.
Concretamente, ACS ayudaría a la marca española en los estudios técnicos para comprobar el comportamiento del coche en su conexión a la red.
Según las fuentes consultadas, ACS pretende, a través de la alianza con Seat, adquirir experiencia para convertirse en constructor y gestor de las infraestructuras (las estaciones de servicio eléctricas) y atender la demanda de energía de los futuros vehículos.
Según las estimaciones del grupo constructor, las inversiones que se van a destinar al impulso de la nueva generación de vehículos son ingentes. En los próximos seis años serán necesarios unos 8.000 millones de euros para tener la infraestructura preparada para un uso masivo.
La mayor dificultad técnica consiste en acomodar la demanda de electricidad de los coches a la capacidad instalada de energías limpias en las horas de menor consumo (horas valle). En este capítulo, ACS también aporta valor añadido a la alianza con Seat, ya que figura como uno de los mayores promotores de energías renovables (termosolar, fotovoltaica y eólica).
La iniciativa del grupo constructor y del fabricante español sigue la estela de otros movimientos en este terreno. En diciembre de 2008, Iberdrola anunció una alianza con General Motors para analizar la viabilidad económica y técnica de la construcción y gestión de una red de estaciones de electricidad para los coches. La semana pasada, Repsol se comprometió a crear una red similar en el País Vasco.
Planes
Todos estos planes cuentan con el respaldo del Ministerio de Industria, que ha puesto en marcha el Proyecto Movele, dotado con ocho millones de euros para incentivar la compra de dos mil vehículos con esa tecnología hasta finales de 2010 e instalar una primera infraestructura de recarga en Madrid, Barcelona y Sevilla.
Industria trata de que algunos de los futuros modelos se produzca en las fábricas españolas. Renault dio hace algunas semanas la primera alegría a Sebastián cuando anunció la fabricación en su centro de Valladolid de un automóvil eléctrico en 2011.
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